Tuesday, January 21, 2020

¿Qué hiciste señor sartén?

Hola, ¡buenas tardes! Aquí ya es tarde en este momento (la una y quince).. y estoy escribiendo en mi blog para compartir con ustedes una experiencia que tuve esta mañana. 😊
Bueno, había decidido preparar unas torrijas (creo que se llaman "french toasts" en inglés) para mi almuerzo de hoy. Es que yo no soy el tipo de tomar tanta comida. A veces puedo estar sin comer nada, pero normalmente yo como algo (porque yo sé que comer nada no es bueno). Yo normalmente como una cantidad pequeña solamente.
Pues, esta mañana he pensado en comer solo torrijas y beber un vaso de zumo. Con la decisión tomada ya, me fui a la cocina y me puse a colectar los ingredientes necesarios para hacer las torrijas. Son el pan americano, azúcar, huevos, un poco de sal, y extracto de vainilla, y nada más. Muy fácil de hacer ¿no? Vale, llevé todos esos ingredentes a dónde estaba situado el fogón y allí combiné los ingredientes: primero abrí dos huevos y los batí en un cuenco, luego añadí una cucharadita de azúcar y dos pizcas de sal, también metí una media cuchara de vainilla. Después de todo esto, tomé las rebanadas y las mojé una a una en la mezcla que estaba en el cuenco. Intenté hacerlo muy cuidadosamente para que nada de la mezcla se derramase. Sin embargo se derramó algo de la mezcla en la superficie del mostrador. Me enfadé con ese occurido. ¡Ay! ¡Qué desperdicio era! Me dio pena. 😢
De todos modos, proseguí con la preparación. El sartén ya estaba calientito y ya tenía un poco de aceite para freír, o más bien, tostar las rebanadas de pan. Metí la primera rebanada en el sartén, y luego ya que todavía había espacio en él, metí una rebanada más. Entonces cabían dos rebanadas en aquel sartén, asi qué yo podía tostarlas de dos en dos. Pensé que no era tan difícil. Tomaba no mucho tiempo en preparar, puesto que solo había seis rebanadas mojadas que cocinar. Así que continué friendo, sin nunca darse cuenta de que el fuego estaba altísimo. Solo supe de eso cuando ya estaba a la mitad del proceso. Las rebanadas comenzaron a verse negras, o sea, ¡estaban quemadas!😱 Las dos primeras rebanadas se encontraban normales, con un color marrón dorado en ambos lados. Pero la segunda hornada no era nada así.. Casi quería llorar. Sin embargo me dije que las dos últimas rebanadas no saldrían como las de segunda, que ellas saldrían perfectamente doradas. ¡Me lo prometí de todo el corazón! Y unos minutos después, así pasó, salieron doradas como las dos primeras. Y quedé feliz verlas así. Todas las coloqué en un gran plato.. y ¡ya tenía seis torrijas listas para consumirse: cuatro doradas, y dos negras! Jajaja!
😂
Me senté en una de las sillas del comedor y probé las torrijas que acababa de hacer. Primero probé una de las doradas, ¡y uau! ¡Qué delicia fue! Me tomé un sorbo del zumo de naranja. Le iba muy bien a las torrijas. ¡Me encantaba que fuera así! Luego del zumo, probé las torrijas quemadas... observé que ¡no eran tan mal como pensaba yo! Tenía sabor al carbón pero eso hizo que las quemadas tuvieran un sabor exótico, un sabor fuera de lo habitual, un sabor interesantísimo... ¡Ellas me encantaron así como las doradas! No sé si a ustedes les encantarán torrijas quemaditas.. pero a mí sí 😃
Bueno, espero que les haya gustado mi pequeño cuento... ¡Hasta la próxima!





No comments:

Post a Comment